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martes, 20 de mayo de 2014

Gemas y Minerales: Ámbar

   Es una resina fósil formada por la secreción de plantas de tronco alto pertenecientes a especies hoy extinguidas, que se caracterizaban por producir esta resina en gran cantidad. Una resina (al igual que las actuales) indisoluble en el agua y no solamente procedente de coníferas sino de también plantas con flores que crecen en bosques de áreas tropicales y subtropicales.

   La bioquímica norteamericana J.H. Langenheim se pregunta como es que hay tanta cantidad de ámbar en los yacimientos. Así estudia la biología de los árboles productores de ámbar, estudiando el presente para conocer el pasado. Estas "paleoresinas" serían un complejo de compuestos terpenoides constituidos por una parte volátil y por un componente (normalmente diterpenoide) no volátil. 

   En los bosques actuales donde crecen dichas plantas se atribuyen dos factores a las causas de la segregación de resina:

  • Segregación para defenderse de insectos, hongos y para prevenir la desecación del tronco y protegerlo de los rayos ultravioletas. La resina puede emerger envolviendo cuerpos extraños depositados sobre la corteza del árbol, o permanecer en el interior acumulándose en cavidades del tronco.

  • Segregación para atraer depredadores de insectos fitófagos y fecundadores. Este tipo de resina la producen las hojas de la misma planta y posee una pequeña cantidad de componentes volátiles que dan muchas fluidez a la resina. Esta pequeña síntesis ayuda a comprender lo difícil que es caracterizar una variedad de ámbar, ya que en un mismo ambiente, la composición química de partida es muy diferente. 

   Tras depositarse, las resinas evaporan una parte de los componentes volátiles y, tras varias reacciones químicas algunas moléculas se unen para formar diversos monómeros. Comienza a endurecerse la resina formando el producto semifósil llamado copal. El proceso químico se cierra con la polimerización, o sea con la formación de polímeros. En este aspecto, el ámbar representa el estadio siguiente, o bien la conclusión del proceso de fosilización o más propiamente, del proceso de polimerización del copal.

   G.O. Poinar define al copal como un "depósito reciente" de resina que no es moldeable con las manos y que funde a 150º. Además, cuantifica en tres y cuatro millones de años el tiempo necesario para completar el proceso de polimerización. Así no existe ámbar más joven de los cinco millones de años.

   La International Mineragolical Association no clasifica el ámbar entre las especies minerales. Sin embargo, la Mineralogische Tanellen incluye el ámbar entre las especies minerales y la ubica en la clase IX, entre las sustancias orgánicas. Las discordancias taxonómicas prueban las dificultades que se encuentran cuando se intenta caracterizar a esta gema. 

   Es una sustancia amorfa, en otras palabras, carente de retículo cristalino. Inerte a los rayos X. Generalmente su composición química está constituida por 74-79 % de carbono, 10-11 % de hidrógeno, 10,5-16 % de oxígeno y de trazas de azufre. A veces puede contener también una ligera cantidad de ácido sulfídrico. El peso específico  varía entre 1,040-1,080 y la dureza entre 2,5-3,5 en la escala de Mohs. Posee una fractura concoidea y carece de exfoliación al ser una sustancia amorfa. De naturaleza isótropa presentando birrefrigencia anómala al polariscopio y una refracción de 1,540. Si lo tocamos con una punta incandescente emitirá humo con un olor resinoso-acre.

   Muchas sustancias tanto naturales como artificiales pueden imitar el ámbar. Mientras es relativamente fácil diferenciar el ámbar y el vidrio, las diversas imitaciones químicas necesitan frecuentemente experiencia y aparatos para diagnosticar si lo que tenemos en nuestras manos es una resina fósil formada hace millones de años.


  • Copal. Resina subfósil, etapa intermedia entre la resina viscosa y el ámbar. Material natural segregado por varios árboles pero que, debido a su coste muy inferior, se vende a veces como ámbar. Si contiene insectos, estos forman parte de la fauna actual, no fósil. No tiene propiedades electrostáticas, se disuelve en alcohol. Su edad oscila entre 40 y varios miles de años. Utilizado en la industrias de las lacas, no en joyería puesto que no se puede pulir con efecto duradero. Muy sensible al ataque de los disolventes. Procede de Nueva Zelanda, Kenia, Tanzania, Madagascar y Colombia.
  • Ámbar prensado. Fabricado bajo una presión de 8.200 atmósferas ya desde hace más de cien años, aprovechando las piezas pequeñas y los residuos del ámbar natural. Conserva muchas de las características del ámbar natural, menos las estéticas. Un análisis microscopio nos permite visualizar los puntos de contactos de los fragmentos prensados, así como la forma oval de las minúsculas burbujas del aire aprisionadas casi siempre dentro (en el ámbar natural son redondas). Procede de Alemania, Polonia y Rusia.
  • Ambroid. Resina sintética fundida, con pequeñas pedazos de ámbar natural. Frecuente en forma de huevos, bolas, pirámides y pulseras. Fácil de reconocer con un método agresivo como es introducir una aguja al rojo vivo en la pieza, desprendiendo esta un olor que poco tiene que ver con el del ámbar. Procede de Gdansk, Polonia.
  • Bernit. Fabricado exclusivamente de resinas sintéticas, inyectado en moldes de diversas formas. Se caracteriza por un brillo atractivo, así como por sus inclusiones muy parecidas a las encontradas en el ámbar. Difícil de distinguir.

    Dureza: 2,5-3,5.
    Peso específico:
    1,040-1.080.
    Índice de refracción:
    1,540.



       A continuación exponemos diversas imágenes de ámbar natural del Báltico con insectos en su interior.











     

















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