El azabache es el resultado de la gelatinización de los tejidos leñosos de vegetales fósiles. Se compone sobre todo por vitrita, es amorfo y desprende un olor fuerte al quemarse. Procede del tronco del pino araucaria, muy abundante en el periodo jurásico, y como otros minerales carboníferos, su historia geológica nos habla de maderas que han permanecido comprimidas en espacios reducidos y sin aire durante millones de años.
Varios productos se utilizan para falsificar el azabache, como el cristal negro con un fondo de plomo, y algunos vidrios naturales como la obsidiana.
Además de en España, se encuentra azabache en Inglaterra, Francia, Alemania, Rusia, Canadá, Estados Unidos y Venezuela. También se puede hallar en Portugal, Italia, República Checa y Portugal. Los principales yacimientos de España están en Asturias y en Teruel, Aragón. El asturiano suele ser de mejor calidad que el aragonés, y posiblemente que el de toda Europa. Los yacimientos del principado fueron intensamente explotados, al menos desde el siglo XIII y abastecían a los talleres de la zona y de Galicia; sobre todo los de Santiago de Compostela. En la actualidad, los yacimientos están prácticamente agotados.
Antiguamente el azabache llamó la atención de médicos, curanderos y magos que le atribuyeron propiedades terapéuticas y mágicas convirtiéndolo en un material muy apreciado.
En cuanto al aspecto supersticioso, no disminuyó con el desarrollo de la civilización. En el siglo XI era frecuente que los niños llevaran azabaches en el cuello para precaverse del "mal de ojo", e incluso la Iglesia llegó a admitirlo en algún momento como materia beneficiosa y aún hoy en día hay personas que le adjudican propiedades positivas.
También se pensaba que protegía contra el veneno, las mordeduras de serpientes y las pesadillas. Su denso color negro hacía pensar que absorbía las influencias negativas y se deshacía de ellas. En Italia, el azabache se convirtió en uno de los materiales preferidos para hacer pequeños amuletos en forma de manos gesticulares que componían el signo de los cuernos o el de la higa.
Se ha llegado a decir que el uso del carbón como combustible se inspiró originariamente en la quema de pequeños fragmentos de azabache en el contexto de rituales mágicos. El azabache era demasiado caro para utilizar como combustible pero a veces se prendía un pequeño fragmento para producir gases que se consideraban útiles para ahuyentar reptiles o para tratar el estrangulamiento del útero.
El empleo del azabache como piedra ornamental se remonta al paleolítico superior (amuleto de Peterfels, Alemania). A partir de ahí, se le encuentra en diferentes momentos a lo largo de la historia. Amuletos de azabache egipcios, se labraba azabache en la época prerromana, fue utilizado por los etruscos, encontrado en hallazgos cartagineses de Ibiza y también empleado por los árabes del Siglo XI. En la Edad de Piedra se usó mucho en Francia y Alemania. A partir de la Edad de Bronce su empleo se extendió a las Islas Británicas. En la Edad Media los monjes solían hacer rosarios y crucifijos de azabache. Los yacimientos asturianos comienzan a explotarse hacia el Siglo XIII, con el desarrollo del mercado de Santiago de Compostela.
Dureza: 2,5- 4.
Peso específico: 1,30 - 1,35.
Índice de refracción: 1,640 - 1,680.
Azabache |
Colgante de plata con azabache (Higa) |
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