La dureza

   La fuerza de los enlaces químicos existentes en un mineral se manifiesta en la dureza, que puede definirse como la resistencia a fuerzas externas en una dirección (rayado), en dos (abrasión) o en tres (penetración). En la práctica cristalográfica y mineralógica, se considera sobre todo la resistencia al rayado. 

   Para determinar la dureza se toma como referencia una escala empírica formada por diez minerales patrones dispuestos en una serie de dureza creciente. Esta escala la creó Friedrich Mohs (geólogo y mineralogista alemán) y de ahí que la escala se llame escala de Mohs.

Escala de Mohs

1. Talco.
2. Yeso.
3. Calcita.
4. Fluorita.
5. Apatito.
6. Ortosa.
7. Cuarzo.
8. Topacio.
9. Corindón. 
10. Diamante.

   Los dos primeros términos de la escala pueden ser rayados por la uña y se consideran como blandos. Los siguientes tres o cuatro se consideran como duros y los restantes cuatro o cinco como durísimos.

   Hay que señalar que es una escala que por no guardar la misma proporción en los intervalos de los minerales de la escala sean desarrollado otras escalas de dureza, sin embargo la de Mohs es la más utilizada por su sencillez para estimar la dureza de los minerales con métodos simples. Cuando decimos que no hay proporción en los intervalos nos referimos a que por ejemplo entre el corindón y el diamante hay un salto de dureza mayor que toda la diferencia entre los grados 1 y 9.

   Existen unos lapiceros cuyas puntas van del 1 al 10 pero hay que saber que solo pueden utilizarse con gemas en bruto y nunca con gemas talladas.

   La dureza influye en la durabilidad de una gema, cuanto más dura es más resiste a los agentes externos abrasivos. Por lo general las gemas con dureza inferior a 7 son las más delicadas.

   Otros métodos de la determinación de la dureza son el método de Vickers y Knoop o el método de Rosiwal. 

Lapices de dureza