Su origen es secundario depositándose en las cavidades y hendiduras de rocas efusivas con abundante aluminio, como consecuencia de la acción de las aguas superficiales.
Se extrae en Irán (las de mejor calidad) desde tiempos inmemoriales y en Estados Unidos. También en pequeñas cantidades en Arabia Saudí y la península del Sinaí. El 80 % de la producción mundial es de China y el 20 % restante viene de Estados Unidos y de Irán. El yacimiento más importante es el de Nichapur en Irán que hoy en día se sigue explotando, con una extensión de dos km². En Estados Unidos en actividad hay unas cuarenta minas, como la de Arizona (más importante), Nuevo México, Colorado y Nevada.
El nombre de la turquesa parece estar relacionado con el hecho de que llegaba a los mercados de Europa desde el Mediterráneo oriental, a través del comercio de los pueblos levantinos con los turcos. Su uso ornamental se remonta muy atrás en la historia. De hecho los antiguos egipcios ya la utilizaron y la extraían de las minas del Sinaí, hoy en día podemos encontrar en estas minas la grabación "mafkat" (país de los minerales verdes) hecha por los egipcios. Las tribus indias de Ámerica del Norte adornan sus arcos y fusiles con turquesa porque creen que así tendrán mejor puntería.
Actualmente es una gema muy demandada y de la que hay muchísimos tratamientos e imitaciones. Es una de las gemas más complicadas de identificar y resulta fácilmente imitable con cerámica, mármol y nódulos de otros minerales (howlita, magnesita) coloreados en su superficie, incluyendo también los polvos coloreados, los plásticos y por supuesto la turquesa reconstituida (polvo de turquesa fina aglomerada con resina). El 80 % de las turquesas que hay en el mercado son imitaciones y con los métodos gemológicos convencionales sólo un 60 % se pueden identificar fácilmente como imitación.
Dureza: De 5 a 6.
Peso Específico: De 2,60 a 2,90.
Índice de Refracción: Sobre el 1,620.
Transparencia: Ópaca.
|
Turquesa estabilizada |
No hay comentarios:
Publicar un comentario